Los perros son seres amables que necesitan amor y cuidado para florecer como caninos felices y saludables. Cuidar adecuadamente a nuestros compañeros peludos y amarlos sin límites es nuestra responsabilidad.
Lamentablemente, algunos dueños de perros descuidan y maltratan a sus cachorros. Es por eso que, en lugar de disfrutar de la vida, algunos perros terminan sintiéndose tristes y derrotados.
En nuestra siguiente historia, hablaremos sobre Digby, uno de esos caninos tristes y rotos que necesitaban desesperadamente a alguien que lo cuidara y le diera el amor que nunca tuvo.
Justo cuando el perrito se había dado por vencido, su héroe vino a su rescate y transformó su vida. Veamos cómo se desarrolla su historia.
Primer encuentro con Digby

Cuando una mujer local vio a Digby en la calle, se sorprendió por la terrible condición en la que estaba. Estaba delgado y no tenía pelaje. Parecía tener un problema de piel, y caminaba con la cabeza gacha, tratando de evitar el contacto visual con los humanos.
La mujer contactó a Aron Hughes, un rescatista de perros y fundador de Sun and Sage Rescues, y le pidió que ayudara al cachorro.
Aron se apresuró a ir a la calle donde el perro fue visto por última vez.
Cuando encontró al canino, se entristeció al verlo tan derrotado y roto. Intentó hablar con él, pero el perrito siguió caminando sin prestarle atención. Aron notó que el perro asustadizo cojeaba.
Aron lo siguió y descubrió que el nombre del perro era Digby y que tenía un dueño.
Después de ver la terrible condición de Digby, se decidió que el cachorro necesitaba ser llevado al veterinario y posteriormente ser reubicado.
Lo pusieron en una jaula, y Aron se acercó a él y lo miró de cerca. El corazón de Aron se rompió al ver los ojos tristes de Digby y oír su aullido. Le aseguró que todo estaría bien.
Brindándole el amor y cuidado que siempre necesitó

Digby fue llevado al veterinario. Una vez que recibió el tratamiento necesario, Digby se trasladó a un refugio. Se estimó que tenía 5 años.
Al principio, Digby parecía agresivo y no dejaba que nadie se le acercara. Aron sabía que el perro se sentía traicionado y estaba decidido a reconstruir su confianza en los humanos.
Vino a visitarlo y se sentó a su lado, tratando de hacerlo sentir relajado. Digby le permitió tocar su pata por primera vez. El canino parecía haberse dado por vencido y se negaba a salir a pasear con Aron.

Después de un tiempo, Aron logró ganarse la confianza de Digby y el perro le permitió acariciarlo. Aron estaba feliz de finalmente darle algo de amor a Digby. Había una chispa en los ojos de Digby. El perro comenzaba a creer que había esperanza para él después de todo.
Aron abrazaba al cachorro a menudo y le hacía sentir seguro. Digby finalmente aceptó salir de la jaula, y Aron estaba emocionado de llevarlo a su primer paseo.

Fue maravilloso ver a Digby moviendo su cola. Sus ojos se llenaron de esperanza. Se acurrucaba con Aron y absorbía todo el amor que le daba, cubriendo su rostro con dulces besos.
Aron contactó a muchos expertos acerca de la pata deformada de Digby. Estuvieron de acuerdo en que era mejor dejar la pata como estaba ya que sería extremadamente difícil arreglarla.
Digby se transforma en un cachorro feliz y encuentra un hogar

La piel de Digby sanó y comenzó a crecer nuevo pelaje. El adorable canino se recuperó y estaba ansioso por ir a un hogar de acogida.
Después de unos meses, Digby encontró un hogar permanente.
Aron fue a visitarlo, y tan pronto como el perro lo vio, lo colmó de besos. Aron estaba encantado de presenciar la transformación de Digby de un perro derrotado a un cachorro feliz.
“Estoy tan, tan feliz cuando vuelvo y veo, veo a perros como Digby cuando parecían tan desesperanzados y parecía que no les quedaba nada y casi se habían rendido. Y así era él. Y ahora es el más dulce. Siempre fue un perro tan simpático. Realmente es muy, muy feliz.”
Digby finalmente disfrutaba de su vida y tenía el hogar con el que siempre había soñado.